El principio es simple: tomar el calor de las aguas de la alcantarilla, y utilizarlo para hacer girar las
bombas de calor. La técnica ya ha sido desarrollada de modo eficiente: las bombas de calor para
aguas residuales permiten recuperar la energía térmica de las aguas residuales para reinyectarla en los
sistemas de calefacción, refrigeración y de agua caliente de los edificios. De este modo se consigue
cerrar el circuito calorífico.
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